Aunque la climatología era buena (cero grados, ni frío ni calor), y el hielo en la rampa era un síntoma de la temperatura cálida del agua, sólo hubo un avezado navegante que se aventuró a inaugurar la pretemporada.
Curiosamente, no hubo muestras de envidia entre los demás "avezados" espectadores que curioseaban desde la rampa.
Bien por Jaime!