martes, 9 de junio de 2009

Ni por arte de magia, ni por malas artes

Como me gustaría yacer contigo
en cama facturada con las rocas
desprendidas de la orilla,
y cuán Hamlet triste con un cráneo de pescado,
llegar llorando en mi batel hasta tu orilla
junto al Patrón, ¡oh! suerte esquiva,
para olvidar el triunfo deseado.


Todo el mundo sabe que en Sherwood a parte de Robin, bajo el alcornoque verde, vive el leprechaun Vilgraim Sömo. Y…., ¿a que viene esto os preguntareis si de lo que toca hablar es de regatas?.
“Ah” amigos míos; buena pregunta.

Veréis:
Dado que el Patrón y yo acariciamos desde hace tiempo una victoria de regata y la suerte nos seguía siendo esquiva, ( de todos es conocido el dominio del arte de marear (a la perdiz) del Patrón y yo, por lo que únicamente la Fortuna es responsable de nuestros escasos resultados), decidí consultar a mi amigo “el barbo que quería navegar “ para ver si conocía a alguien del mundo de las Hadas o del “Buen Pueblo” en general por si era el caso nos facilitaran algún Encantamiento de Poder.
Mi amigo el barbo me pidió unos días para averiguar algo pues según dijo, desde que vivía en La Sotonera solo mantenía amistades con el lagarto Sotonero, y a este sus principios no le permitían favorecer a unos consocios en perjuicio de otros.
Transcurridos siete días justos, el barbo me esperaba al salir de la rada de la escuela y con disimulo para que el Patrón no se diera cuenta (como es muy correcto de seguro no aceptaría la artimaña) simulando que por descuido o abandono me caía al agua, el pez me transmitió el mensaje: vsömo@sherwood.uk, rápido, contacta con Vilgraim Sömo en el bosque de Serwood. El prepara los encantamientos para los remeros de Cambrige; mano de santo, y apresúrate que anda de trabajo hasta arriba. ¡¡¡Ah!!! y me han dicho que los del Versus Team lo andan tanteando.
Graciaaaas, le susurré lo mas quedamente posible mientras chapoteaba con grandes aspavientos para que el patrón que se andaba ya preguntando: ¿que hace este? siguiera en la inopia.
Al llegar a casa escribí el correo. El leprechaun no tardo en contestarme:

Dear Santiago, nice to met you!. I see with special agrado que mi fama a llegado tan lejos; (de seguro que lo del Versus se lo callaba el muy…) como es de buen empresario abrir mercados allá donde surjan, me dispongo a ayudaros, y solo cobraré un precio simbólico dado que es la primera vez que trabajo para España (mentiroso, y los del Versus Team que? y José-mán y la Merche no se, no se). El precio será un exvoto de ermita abandonada, pudiendo ser o bien un pie de cera o un ojo de cristal, que se me remitirá a la dirección indicada:
Bajo el Alcornoque verde. Bosque de Serwood,
Edwinstowe, Nottinghamshire
Inglaterra, UK
Si siguiera estando interesado remítame otro correo con la confirmación y yo le enviaría el encantamiento y el método de aplicación en la confianza de que lo sabrá hacer ya que lo confecciono para ustedes los mortales y por tanto poco complicado pero efectivo.
Se despide atentamente:
Vilgraim Sömo.

Ni que decir tiene que envié el correo de confirmación; necesitábamos ganar a toda costa para labrarnos nombre y fama en las regatas y dejar de ser un barco más entre la flota.
Enseguida llegó el conjuro en un paquete postal que recogí en la estafeta de correos del barrio de La Jota cerca de casa. Era un sobre tamaño din A4 de esos con plástico de burbujas por dentro como cuando envían DVDs, solo que lo que venía eran dos pergaminos escritos a mano con cálamo de bambú y letra talar, uno con el hechizo y otro con las instrucciones.
En casa lo abrí, lo leí, me sonreí y guardándolo me fui. Era lo que quería, la respuesta; ¡¡¡y sin tener que vender el alma!!! que es lo que suele suceder en estos casos.
Todo lo demás pasó ayer.

Regata en el LagoCaspe momentos antes del inicio. Reunión de Patrones, y yo oculto entre los barcos con la cara metida en un agujero practicado en la tierra con un trozo de regaliz de palo y regada previamente con anís de Colungo, con una mano en la escota de la mayor del topaz y la otra aplastada por una de mis rodillas (la derecha) sosteniendo un mechón de participanta (Se lo había robado a María en un descuido mientras entrenábamos en su Walker Bay por la mañana (todo vale)), y pronuncié el conjuro que no puedo repetir.
Me levanté y sacudí la tierra de mi cara aunque algo se me debió quedar a juzgar por la extraña mirada del Patrón cuando olió a anís a mi alrededor. A saber lo que pensó, pero de sospechar: nada, menos mal.
Llegó el momento, corríamos la línea de salida amurados a estribor para tomar la salida tal como el duende había indicado y que me había encargado de transmitir al Patrón con engaño de que me lo había dicho en secreto un destacado navegante del club.
Sonó la bocina y rápido viramos para enfilar a rumbo la boya de barlovento. Maravilla entre las maravillas; nos encontramos solos, a toda leche y con el resto de la flota atrás por la banda de estribor.
Casi lloro, casi abrazo al Patrón y casi le trato de tú (que incorrección). Mi sueño. nuestro sueño, hecho realidad, o casi. Felicitaciones, reconocimiento, todo estaba allí, al alcance de nuestra mano pero poco duró. De pronto aquello que se para, la flota que avanza a mas leche que nosotros, el viento se viene abajo y nos pasan casi todos. Los miramos boquiabiertos y en mitad del estupor cuando alzo la mirada y pasa a la altura de los mástiles, diviso colgadas de las perillas de los mástiles del Versus Team y José-mán sendas patas de conejo (seguro que en la orza iba claveteada una herradura).Todo se nos vino abajo, y a mí sobretodo. Imaginaros mi cabreo al saberme estafado por el tal Vilgraim Sömo, fullero donde los haya; ¡¡¡ingles tenía que ser!!! , y de Nottinghamshire.
En fin, sólo quedó lo que siempre el destino nos ha deparado: luchar con un vaurien, esta vez amarillo, que al final noblemente nos venció y disfrutar del condumio que la organización atinadamente preparó para reponer fuerzas y daños del alma como los míos.
Adiós amigos, a la próxima más.
Por cierto, seguro que el leprechaun aún no se ha percatado de que el píe de cera que le mandé no era tal, sino el pié de una muñeca vieja de mis hermanas hábilmente pintado de blanco sucio.
Que se fastidie.

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